Se tiene constancia del uso del carbón activado en alimentación (CA) desde 1808, para decolorar el azúcar obtenido de caña y de remolacha. Actualmente, el uso del carbón activado está muy extendido en la industria alimentaria.
Gracias a su capacidad de adsorción, el carbón activo (CA) permite retener y extraer determinadas sustancias de los productos alimentarios, con el fin de incrementar así la calidad de los mismos y/o mejorar su estética.
Por este motivo, se emplea de forma muy habitual en procesos de decoloración, desodorización, purificación. Así, como para otros tratamientos análogos orientados a alterar el sabor, el color. Además de eliminar la presencia de posibles compuestos indeseables.
Purifica el agua y bebidas destiladas eliminando moléculas no deseadas que se generan en el proceso. Además decolora licores, zumos, vinagres, azúcar, jarabes, caramelos, etcétera.
Declora el agua empleada para la fabricación de refrescos, destruye oxidantes en el tratamiento de agua y elimina compuestos orgánicos que alteran el sabor, el olor y el color del agua potable. Estos son algunos ejemplos de los diferentes usos que tiene el carbón activo en la alimentación.