Aplicaciones del carbón activo para purificar el agua
El tratamiento del agua con carbón activado es un sistema que permite el paso del agua “en bruto” a través de este para retener partículas. Y es que, gracias a su acción purificante, el carbón activado impide el paso del material en forma de partículas, dando como resultado líquidos libres de contaminantes. Pero ¿qué aplicaciones tiene para purificar el agua?
Mucho más que un purificador de agua
Los diferentes tratamientos con carbón activo utilizados para purificar líquidos no solo se limitan a eliminar contaminantes del agua a través de la filtración. De hecho, este elemento absorbente es muy útil en industrias como la química o la azucarera, reteniendo sustancias que interfieren con la cristalización.
Además, los tratamientos del agua con carbón activado también se emplean para eliminar olores de alcoholes y otros solventes, así como compuestos que causan espuma, como sucede en el tratamiento de monoetoanolamina y dietanolamina, utilizados para la desulfuración de gas natural, dióxido y otros gases.
Aplicaciones del carbón activo para tratar las aguas
Potabilización
A este sistema recurren las empresas que embotellan bebidas, fabrican y distribuyen purificadores de agua domésticos y comerciales, así como las que suministran agua municipal.
Purificación de agua de proceso
Sectores industriales como el farmacéutico o el químico se valen del carbón activado para obtener agua con cierto grado de pureza.
Tratamiento de aguas residuales sanitarias
Normalmente, el tratamiento biológico es suficiente para eliminar los compuestos orgánicos presentes en este tipo de aguas. Sin embargo, en muchas ocasiones están contaminadas por otra fuente de compuestos no biodegradables, que solo pueden eliminarse con carbón activado.
Tratamiento de aguas residuales industriales
Como sucede con las aguas residuales sanitarias, el objetivo del carbón activado en el tratamiento de aguas industriales es acabar con los compuestos orgánicos que no pueden eliminarse con tratamientos biológicos.
En estos dos últimos puntos, el tratamiento del agua con carbón activado tiene funciones pulidoras, pero también de pretratamiento para separar compuestos orgánicos e inorgánicos que, al fin y al cabo, impiden el buen funcionamiento del tratamiento biológico.
En definitiva, el tratamiento del agua con carbón activado es el método más rentable para llevar la concentración de un nivel relativamente bajo a uno muy bajo e, incluso, imperceptible de partículas contaminantes.
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