Tratamiento de aguas, como la potabilización y purificación del agua

La filtración con carbón activado permite retener y eliminar los compuestos contaminantes disueltos en el agua y es esencial dentro del tratamiento de aguas. Este material es especialmente eficaz en la adsorción de compuestos químicos orgánicos (incluidos aquellos que afectan al sabor y olor), en la eliminación del cloro libre mediante catálisis, así como del control bacteriostático.

En plantas de tratamiento de agua suelen emplearse tanto carbones activos en polvo como carbones granulares. Los primeros se dosifican directamente en cabecera y se utilizan para solventar problemáticas puntuales, como por ejemplo contenidos anormalmente altos de fertilizantes causados por lluvias intensas.

Por otro lado, los carbones activados granulares se instalan en filtros, ya sean fijos o móviles, y se utilizan de forma regular dentro de la fase de filtración del agua. Si bien es cierto que los carbones activados granulares requieren la instalación de filtros, tienen una vida útil muy superior a la de los carbones activados en polvo y permiten tener un mejor control de los contaminantes presentes en el agua.

Del mismo modo, los carbones activados granulares o CAG, pueden regenerarse a través de un proceso térmico para poder usarlos varias veces, alargando todavía más su vida útil.

Eliminación de compuestos indeseables en aceites

Uno de los efectos indeseables de la producción del aceite, ya sea de oliva o de otros orígenes, es la generación de hidrocarburos policíclicos aromáticos (o PAH de sus siglas en inglés), así como de MOSH y MOAH, una serie de compuestos que en concentraciones elevadas pueden ser tóxicos para el consumidor.

El carbón activado se emplea como solución principal para la retención de estos compuestos, junto con otras impurezas de origen orgánico, así como trazas indeseables de sabor o color.

Desodorización y decoloración de bebidas alcohólicas

El carbón activado tiene gran cantidad de usos en la industria alimentaria. En las bebidas alcohólicas, el carbón activado se utiliza para obtener el color, el sabor y el olor deseado, adaptándolas de esta forma al gusto del consumidor.

Desodorización, decoloración y decloración de refrescos, zumos o glucosas

Destaca la capacidad del carbón activado para remover impurezas y sustancias contaminantes dentro de la industria alimentaria. Uno de los ejemplos más claros es su uso en el proceso de elaboración de cervezas, refrescos y bebidas gaseosas, donde el carbón se utiliza para remover el cloro presente en el agua de red que se utiliza como materia prima de las mismas.

Del mismo modo, suelen emplearse carbones activos macro porosos para la eliminación de color en edulcorantes líquidos, zumos y vinos.

Recuperación de oro y otros metales preciosos

El carbón activado granular se usa además para la recuperación de cianuros de oro y plata. Suelen emplearse carbones activados procedentes de cáscara de coco, ya que estos poseen una estructura microporosa idónea para la retención de los compuestos en cuestión, además de brindar mayor dureza al carbón, evitando así pérdidas del producto adsorbido.

Además, este carbón se produce en varios tamaños de partículas para elegir el que brinde mayor cinética de adsorción.

Las propiedades físicas del carbón le permiten resistir procesos de elución y lavados ácidos a diversas temperaturas. También la reactivación térmica. Todo para poder optimizar los procesos de recuperación de metales preciosos, incluidos los de extracción en pilas, carbón en pulpa (CIP) y carbón en lixiviación (CIL).